El Atleti se impone por 2-1 al Sevilla, en las semis de la Copa del Rey en un partido de locos, que tuvo goles expulsiones y penaltis de todos los colores.
Atleti y Sevilla, dos equipos coperos por excelencia, elevaron a la enésima potencia la esencia de una Copa del Rey, en la que cada partido se desarrolla a un ritmo vertiginoso.
Este Torneo, es una pesadilla para aquellos entrenadores meticulosos, que quieren tener controlado su partido de principio a fin. El Torneo del K.O. es de locos, y no apto para cardiacos.
La afición del Atleti vivió un partido frenético en el Calderón
Mucho ritmo desde el inicio y un Atleti volcado en la portería sevillista, intentando cerrar el partido lo antes posible. Cosa que no ocurriría, y es que lamentablemente el Atleti echó y mucho de menos a Falcao ausente por lesión. El equipo del Cholo tuvo una y mil ocasiones para haberse adelantado antes en el marcador, y en la suma de las dos partes, para incluso haber sentenciado la eliminatoria, pero le faltó la puntería, esa, que te da Falcao. Demasiados fallos de cara a puerta que dejan una eliminatoria abierta por todos lados.
De locos, porque un partido, con tres manos en el área con sus tres penaltis, y tres expulsiones, es de locura. Descontrol absoluto.
La primera fue de Spahic, central del Sevilla, nada más comenzar la segunda parte, veía una segunda amarilla, que le dejaba en la caseta, y Diego Costa transformaba su correspondiente penalti. 1-0 y ante diez la cosa pintaba perfecta para zanjar la historia. Pero unos minutos después llegaría otro giro inesperado, una contra lanzada por Navas, que inexplicablemente le dejaron darse la vuelta y meter un pase providencial a Negredo ante la pasividad desesperante de los jugadores del Atleti, propiciaba que el delantero rematara, y una mano dentro del área de Godín, les daba la revancha, de la roja directa y el penali que marcaría Negredo, poniendo el 1 a 1.
Esta acción dejaría helado a todo el campo, y propició que el equipo de Simeone se cerrara de forma inexplicable en su campo. Se dio la vuelta a la tortilla y ahora era el Sevilla el que dominaba. Pero faltaba un arrebato más de locura, otra mano, otro penalti y otra expulsión. Esta vez Fernando Navarro abandonaba el partido antes de tiempo, y Diego Costa volvería a marcar desde los once metros, poniendo así el 2-1 definitivo que aunque deja la eliminatoria muy abierta, obliga al Sevilla a tener que salir a marcar un gol en su casa si quiere verse en la final.
Diego Costa, bigoleador ante el Sevilla en la Copa
Hasta el 28 de Febrero, no sabremos el desenlace, y a buen seguro que volverá a ser otro partido loco, en el que cualquier cosa puede pasar, esperemos que para esa fecha contemos con Falcao en el campo, para poner un poco de cordura a base de goles.
