No siempre ganan los mejores, pero sí los que más luchan por lo que quieren.
El Atleti ayer no fue mejor, el Bayern fue una máquina perfecta que una y otra vez buscaba portería como los tiburones buscan a su presa cuando huelen la sangre. En este caso y durante muchos minutos fuimos esa presa, que nunca entregó su vida por muy mal que se viera. En esos 90 minutos de agobio constante el Atleti se agarró a la vida con todas sus fuerzas.
Nunca dejamos de creer
Y mira que hubo muchos momentos para que esa fe inquebrantable se tambaleara, pero allí estaba Oblak para mantenernos vivos, o Godín, o Griezmann. Ha sido uno de los partidos más duros que recuerdo.
El tiempo que no pasaba, su gol, el paradón de Oblak en el penalti, el gol de Griezmann, el penalti fallado por Torres, no sabía que un partido podía dar tanto de sí. El décimoquinto presupuesto de Europa, el Atleti, ha dejado fuera a dos de los más grandes, Barcelona y Bayern de Munich, si esto no es creer que me lo digan.
Estos jugadores tienen una fe enorme en lo que hacen, en su trabajo, en la manera de jugar al fútbol que les transmite el Cholo. Son un ejército a sus órdenes que le siguen a pies juntillas.
Sufrimos, pero al final mereció la pena.
Segunda final de la máxima competición europea en dos años, tercera en nuestros 113 años de vida. Nos debe una el fútbol, ésta no se nos puede escapar.
San Siro nos espera, un estadio histórico para una final para la historia. Creer nos llevó a Milán. Aún no ganamos nada pero hemos demostrado que queremos vencer con todas nuestras ganas y a eso nadie nos puede.
Gabi y Tiago celebrando el pase a la final de la Champions League
Este equipo, ya lo dije, no tiene límites, no importa los difícil del camino, hemos ido venciendo a todo y a todos.
El día 28 de Mayo nos espera una nueva cita con la historia.
