La verdad que el PSV no era la mejor pareja de baile para encarar la primera jornada de la Champions League. Mucho menos hacerlo en su casa y con el recuerdo en la grada de la eliminación en la pasada edición del Torneo.
Partido muy complicado de gestionar por la importancia de empezar ganando en Champions y porque nuestro histórico con el PSV no era para tirar cohetes. La pasada edición empate sin goles en los dos partidos.
Hubo muchas historias dentro de la historia del partido que pudo hacerlo variar en cualquier minuto, gol anulado, penalti parado, ritmo frenético, presión asfixiante dentro del césped y en la grada…
Un partido que lo tuvo todo, dos equipos de igual a igual luchando por llevarse el partido, un encuentro sin tregua que finalmente nos llevamos gracias a un golazo de Saúl y a un gran Oblak, con esa gran parada al penalti lanzado por Guardado.
Pese a que el partido estuvo en varias fases en el aire, me gustó mucho el Atleti que parece que se empieza a encontrar a sí mismo después de un arranque de temporada desconocido.
Mucha presión, mucha ayuda entre compañeros, generosidad en el esfuerzo y sobre todo galones para aguantar de pie los envites de un rival de Champions. Nunca se perdió la cara al partido y una vez más aunque sudada se consiguió una victoria crucial para el devenir de la competición.
Nos llevamos un triunfo muy importante
Negativo fue el gafe de cara a puerta de Gameiro, no le acaban de entrar al francés que por actitud y entrega no será. Hay que tener paciencia con él porque tarde o temprano las acabará enchufando.
En los cambios, Tiago aportó hasta su lesión, esperemos que no sea grave. Preocupante la actitud de Carrasco y Torres que saliendo desde el banquillo tienen que poner mucho más si quieren reivindicarse.
Buen estreno en Champions, hay que olvidarse de Milán y pensar en el siguiente choque ante el Bayern.
Foto de Ángel Gutiérrez
