La vuelta de Fernando Torres al Atleti, su casa, ya es una realidad. Han pasado 7 años desde que se fue, pero en realidad el sentimiento de unión nunca desapareció.
Recuerdo el amargo día de tu despedida como uno de los golpes más duros y directos al corazón colchonero, se marchaba Fernando Torres, el Niño que todos llevábamos dentro, nuestro reflejo dentro del campo. Ese chaval al que vimos debutar con la ilusión de un niño que cumplía su sueño, jugar en el equipo de su vida.
Lástima que te tocó vivir una de las peores etapas de nuestro equipo, lástima que tuvieras que desgastarte tanto por esta camiseta a la que defendiste hasta el final, el brazalete era una carga que pesaba toneladas pero que lucías con orgullo. Un jugador al que se le ha sacudido cada día, que parecía que tenía que justificarse en cada partido, pero que una y otra vez ha ido cerrando bocas de aquellos que no podían soportar que un jugador como tú fuera del Atleti, dijera NO al Madrid y nos diera una Eurocopa.
Te fuiste, pero nunca nos dejaste, los atléticos nunca dejan de serlo, nosotros te seguimos y defendimos dando igual la camiseta que llevaras y tú seguías amando estos colores aunque fueran otros los que vistieses. Sentimientos encontrados una y otra vez, porque tu y yo somos del Atleti, el resto no importa.
Vuelves a otro Atleti, ojalá que para ganar esos títulos que siempre has querido conseguir con tu equipo del alma, has disfrutado de ellos en la ausencia, pero sabías que tenías que volver, para intentarlo de nuevo.
Nos quieres y te queremos, es algo incondicional, algo que no se negocia, que no entiende de ceros. No tienes nada que demostrarnos que no sepamos ya, sólo tienes que salir a disfrutar de tu gente, volver a galopar por tu casa y volver a sentirte ese jugador que se parte la cara por una causa en la que cree, por los suyos, por los que le quieren de verdad.
Corren días felices en el Calderón, vuelve nuestro Niño, nuestro emblema, nuestro escudo en el campo, vuelve Fernando Torres…