El Atlético de Madrid vence por 4-0 a un Real Madrid que nada pudo hacer ante la avalancha rojiblanca. Repaso total.
A temperatura fría , un Atleti caliente. El Vicente Calderón echaba humo, fuera 5 grados, dentro 35.
Hoy nos visitaban nuestros queridos vecinos, en un partido que de ganarlo nos dejaban casi fuera de la lucha por la Liga, la victoria del Atleti le mete de lleno en la lucha.
Ambientazo de gala en el estadio, se avecinaba tarde de gloria.
El resultado no es por casualidad, simplemente que el Atleti ha tenido mucho fútbol, mucha actitud, muchas ganas y sobre todo que ha corrido el doble que el Madrid que ha pisado el césped del Calderón como el que ve llover.
El partido no empezó muy bien para el Atleti, con Koke lesionado y Godín en el suelo chorreando sangre. Pero en el minuto 13 llegaba el 1-0, Tiago le pegaba con el alma desde la frontal e Iker no pudo retener ese balón que iba con todo. Una imagen que resume perfectamente lo que fue el partido.
Apenas 4 minutos después llegaría el segundo, tras una gran asistencia de Siqueira que se mostró más entonado, Saúl remataba de chilena poniendo el segundo en el marcador, losa que pesaba mil kilos y que el Madrid ya no levantaría. Por cierto Saúl estuvo sobresaliente, este chaval se gana los minutos a fuerza de jugar y dejarse todo en el campo.
El Real Madrid no tiró a puerta, Moyá nunca se habría podido imaginar que en un derbi tendría tan poco trabajo.
En la segunda parte fue todavía más evidente la superioridad del Atleti. Aunque se preveía una reacción blanca, la verdad que ésta nunca llegó ni en forma de amago. El Atleti tenía el partido perfectamente controlado, y los jugadores querían hacer daño a un Madrid muy tocado.
En el 68 marcaría el tercero Griezmann, una vez más fue la pesadilla en ataque para los defensas rivales, ni Nacho ni Varane pudieron contener al principito francés.
Tarde de éxtasis en el Calderón que ya se rompió del todo cuando Mandzukic atravesaba la portería de Iker con un cabezazo a bocajarro a pase de Torres. 4-0 y la sensación era que todavía caían más, los jugadores lo buscaron y la grada lo pedía.
Tras el pitido final y con todos los jugadores en el vestuario, la afición del Atleti, todavía en masa pedía al Cholo que sacara a los jugadores otra vez al campo. Estos salieron a saludar, como hacen los toreros buenos tras una gran faena.
Este Atleti no tiene límites, sólo el partido a partido les guía, y sin duda que el de hoy será recordado mucho tiempo, porque todos vimos un Meneo en la capital.